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Cuando se va a comprar calzado, no solo debemos fijarnos en el diseño, las pieles para zapatos pueden determinar nuestra decisión acerca de si vamos a adquirirlo o no. Por ello, nunca está de más conocer un poco sobre las mejores pieles para zapatos, para tener una referencia de sus calidades.

¿Qué pieles son las más comunes para el calzado?

Una de las pieles más apreciadas, pero no solo en España sino a nivel internacional es la piel de cordero. Es una piel muy elástica, por lo que suele utilizarse para hacer zapatos muy flexibles. Es muy aislante y ayuda a mantener el calor, ideal para calzado de invierno. Absorbe la humedad de los pies y se crean zapatos muy cómodos.

Aunque no sea tan conocida como la de cordero, la de ciervo destaca por ser muy suave y flexible, por lo que un calzado elaborado con esta clase de piel se ajustará a la perfección, llegando incluso a ser una piel más cómoda que la de vacuno. El punto en contra es que es más compleja de limpiar. Además de su flexibilidad, el uso de calzado de piel de ciervo no provoca calor ni molestias, lo que hace que sea muy usado por personas que tengan problemas de callos o juanetes, entre otros.

La piel de cabra bien sea de tafilete o dóngola, es otra de las pieles más utilizadas para el calzado. Aunque en muchos casos son pieles que proceden de la India, España destaca por ser uno de los lugares donde mejor se curte esta clase de pieles. Son pieles finas y muy flexibles, tienen una estructura compacta, cuentan con un excelente tacto y son muy resistentes.

Para finalizar, no podemos olvidarnos de la piel de vacuno, una piel gruesa de la que pueden sacarse varias capas. Es una piel muy duradera, transpirable, cómoda y con una gran resistencia al desgaste.